Rogelio es muy cariñoso y algo melancólico. Le gustan muchos las plantas, la poesía y el chocolate lo vuelve loco.
Es un poquito friolento, por eso nunca se desprende de su bufandita a rayas.
Cuando lo dejé, me pidió que le cerrara bien la cajita porque estaba algo ventoso.
Chau Rogelio, que encuentres pronto un hogar calentito.
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